Ráfagas inquietas que buscan la belleza de un instante...

La pintura es el medio que permite expresarme con mayor libertad y es en la abstracción donde encuentro la espontaneidad necesaria para llevar adelante mi obra.

Como artista estoy siempre en la búsqueda de un lenguaje plástico que me permita manifestar de un modo natural y gestual los sentimientos y emociones que deseo transmitir.
Me motiva apropiarme de la materia y transformarla en una imagen nueva capaz de conmover de emocionar. Me impulsa el momento en que la obra es puesta a consideración del público, ese instante casi mágico en que el espectador se conecta con la obra.

Si bien mis obras son abstractas me inspiro en la naturaleza, sus formas, sus colores, sus fuerzas, su movimiento permanente y sobre todo en su gran belleza. Naturaleza imponente, salvaje, inmensa que nos recuerda a cada momento la fragilidad de nuestro ser y que en la Patagonia por momentos se nos presenta inhóspita, en otros, un paraíso que no solo nos invita a habitarla sino que su esplendor nos obliga a preservarla.

En definitiva mi obra es el resultado de la búsqueda permanente de una imagen capaz de transmitir toda la energía y la pasión de mi fuente de inspiración.

miércoles, 13 de mayo de 2020

Reminiscencias



Texturas, formas, y colores son parte de mis recuerdos de infancia, los bosques, las montañas, el color característico de su tierra, la textura del suelo al caminar sobre un colchón de hojas, la manera en que se filtra el sol sobre las copas de los arboles. El color que toman las montañas en otoño gracias a los árboles que cubren sus laderas tiñéndolas de ocres, amarillos y rojos intensos. El reflejo de la montaña sobre los lagos cristalinos, el sonido del canto rodado al caminar por la orilla del lago, el serpenteo de los arroyos, los grises que lo cubren todo en invierno. Ya de adolescente en Neuquén descubro un nuevo paisaje que le otorga a mi memoria nuevas imágenes, el verde del valle, los sauces acariciando el río, los cercos de álamos para mitigar los efectos del viento, la barda con sus cañadones, la escasa vegetación de la meseta, los alpatacos y el color rojizo de la arcilla.
Estas remembranzas me permiten recrear el paisaje y en otros casos sus reminiscencias se amalgaman y son la justificación perfecta para imaginar nuevos paisajes, oníricos, irreales, fantaseados.







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